Las calaveritas de azúcar
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Por: Lucía Velasco
Las calaveritas de azúcar son uno de los
objetos representativos de la celebración del Día de Muertos en este país, y
para no perder la costumbre, son también una de esas “aportaciones”, o más
bien, artesanías con las que México se ha hecho presente en el mundo.
El origen de estos dulces cráneos es
mestizo, y su simbolización implica razones de ser íntimamente ligados a
nuestra cultura. Me explico.
Como todos sabemos, las ofrendas son la
bienvenida con la que los mortales esperan el regreso de sus muertos desde la
otra vida, y aunque podemos decir que durante siglos la ofrenda ha sido
básicamente la misma, debemos aceptar que existen objetos que se han remplazado
a través de los tiempos, particularmente en la Colonia y la mezcla de
culturas indígena y española que ésta implicó.
Una versión cuenta que el azúcar,
popularizada en el s. XVIII, es el reemplazo de la miel de abeja y la miel de
hormiga (con las que la comida era endulzada en la época prehispánica) en los
altares de los muertos.
Otra versión nos dice que las calaveritas
de azúcar son para brindarles dulces a los niños muertos que vienen de visita
cada año.
Una versión más, ubica su origen en la
época conventual en el estado de Puebla. Son las monjas quienes utilizan el
alfeñique para elaborar diversos dulces como cajitas de muertos, angelitos,
animalitos, frutas y las calaveritas.
El alfeñique es una pasta de azúcar cocida
de origen árabe; su preparación es con claras de huevo que al punto de turrón
se les incorporan, poco a poco, el azúcar glass y el chaule. Después de que
seca al sol, es molida, cernida y revuelta en agua para formar un líquido
espeso. Al final se agrega limón y se le da forma, decorándola con colores
vegetales.
Actualmente existen variantes de estas
calaveritas en chocolate y amaranto, aunque siempre habremos quienes las
seguiremos prefiriendo: blancas, duras y
llenas de adornos de colores.
Nota: Gracias al Cheff Josué Espinoza, director de la
Licenciatura en Gastronomía de la Universidad de Londres, por su colaboración
para este artículo.
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