Responsabilidad y ciudadanía

Colectivo Paideia
15:10

Por: Eurípides Blue

Vivir en CDMX es una tarea complicada, con casi 9 millones de habitantes y una población flotante de aproximadamente 2 millones (según el INEGI), tenemos que convivir y compartir, desde las viviendas, las plazas, los servicios de transporte, salud y otras peculiaridades.



 Por sociedad “moderna” se entiende que esta, con el paso del tiempo, ha “evolucionado” en todas sus dimensiones; sin embargo ¿qué tan conscientes e informadxs estamos sobre la dimensión que compete a las responsabilidades como ciudadanxs?

Para poder introducirnos en esta materia, comenzaremos por definir Responsabilidad. Según la RAE significa “deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal.  Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente”. Por otro lado, tenemos el concepto Derecho como “palabra que proviene del vocablo latino directum, que significa no apartarse del buen camino, seguir el sendero señalado por la ley, lo que se dirige o es bien dirigido. En general se entiende por Derecho, conjunto de normas jurídicas, creadas por el estado para regular la conducta externa de los hombres y en caso de incumplimiento esta prevista de una sanción judicial” (Flores Gómez González, 1986).

En lo cotidiano estos dos conceptos tendrían que mediarse para una mejor convivencia con el prójimo, y podemos preguntarnos: ¿en algún momento pensamos en el derecho de la otra persona antes que en el nuestro? Ejemplos  sobre lo que pasa en esta ciudad sobran, para muestra basta un botón. Tal vez conozcan el proyecto “Ascenso y descenso eficiente de los vagones del Metro” propuesto por la UNAM, donde se buscaba eficientar el servicio de transporte metro, objetivo que puede ser posible si lxs ciudadanxs colaboramos para un bien común. Por desgracia, impera la filosofía del “no sé”, “yo soy primero”, “la verdad no me importa”.

Otro ejemplo. Mientras camino por Reforma, me pregunto si de los 69 millones 900 mil pesos que se invirtieron el año pasado en ciclovías (S/N, 2015)  una parte bien pudo haberse invertido en educación vial para los ciclistas que insisten en transitar por la banqueta, y no conforme con ello, se molestan y hacen sonar sus timbres si no te quitas de su camino.

Durante mis visitas al Centro Histórico no puedo dejar de observar que pese a los semáforos peatonales apoyados por la presencia de un oficial de tránsito, los peatones estoicamente ignoran la señal de alto y al oficial, para pasar, “no’mas tantito” por mitad de las calles, que ya de por si son conflictivas por su ubicación, y en donde molestos conductores tienden a recordarles el famoso “10 de mayo”.

Lo que me lleva a preguntar: ¿por qué somos tan reacios para adaptarnos a nuevas reglas que buscan una armonía ciudadana? Tal vez influya “La sensibilidad del mexicano” que, como describe Ezequiel A. Chávez (Bartra, 2007) opera de distintas maneras: desde nuestras raíces indígenas con una resistencia al cambio -que en algún momento se tuvo que hacer de una manera violenta implementada por los españoles- a resistir hasta que el cuerpo o el alma ya no lo aguanten; pero eso sí, cocinando un odio profundo y oscuro que estalla en los momentos menos esperados, o bien, reaccionando de manera expansiva y agresiva con aquel que consideramos nuestro igual o inferior, como si sacar ventaja del/la otrx, aunque sea insignificante, simbolizara el resarcimiento de años de desigualdad, de crisis económicas, de abusos de poder, de deficiencias educativas, sobrepoblación, de atropellos a los derechos humanos y de la dignidad individual.

Que todo marchara como reloj puede parecer utópico, pero es posible siempre y cuando exista educación y cooperación por parte de la ciudadanía. Se dice que nuestra ciudad es un caos; efectivamente, todxs contribuimos ya sea en positivo o negativo, y lo más alarmante es que nosotrxs estamos formando a lxs nuevxs ciudadanxs. Con cada acción que atropellan los derechos de lxs demás,  enseñamos a nuestrxs niñxs que “para la y el mexicano no importa ser inteligente, culto o leído, lo más importante es ser abusado, para que no abusen de ellas o de ellos” (Loaeza, 2007).

Propiciando una sociedad de personas abusivas con los demás, sin importar que la misma nación les parió, que conviven en el mismo espacio, inclusive la mayoría   comparte las mismas preocupaciones, inquietudes y dificultades económicas.

No quiero afirmar que sólo la educación y la reflexión es la solución a los problemas de convivencia, pero que sí es una parte fundamental en el desarrollo de nuevas formas de articular la sociedad. Yo propongo la responsabilidad como herramienta para una mejor convivencia y evitar la imperiosa necesidad de recurrir a lo jurídico.

Referencias electrónicas
Bartra, R. (2007). Anatomía del mexicano. México: Debolsillo.
Flores Gómez González, F. y. (1986). Nociones de Dereho Positivo Mexicano. México: Porrúa.

Loaeza, G. (2007). El ABC de las y los mexicanos. México: Grijalbo. S/N. (2015). Crónica Ambiental. Obtenido de Crónica Ambiental: https://www.cronicaambiental.com.mx/df/proyectan-52-kilometros-mas-de-ciclovias-en-la-ciudad-de-mexico/

Comentarios (0)

La lucha contra la homofobia

Colectivo Paideia
14:10

Por: Nadia Sierra Campos

El día de ayer (17 de mayo) se conmemoró el Día Mundial y Nacional de Lucha contra la Homofobia. Para poner en contexto es necesario precisar que la homosexualidad es causa de estigma y discriminación en diferentes partes del mundo y, por supuesto, en México. Esta discriminación se manifiesta de diversas maneras que van desde las sutiles, como la omisión o el silencio, pasando por la burla, el desprecio, la exclusión y la violación de los derechos humanos, hasta el castigo con la pena de muerte y el asesinato –ver lo que sucede en Chechenia-. 

A las conductas y actitudes que representan la discriminación, el rechazo, el temor y el prejuicio contra las personas que son o parecen ser homosexuales se les conoce como homofobia; pero, para incluir a la diversidad sexual y las identidades de género también identificamos a esta problemática particular de discriminación como lesbo, homo, bi y transfobia.

Esta discriminación en nuestro país, sigue siendo una conducta dañina y lacerante que se reproduce a través de diferentes instituciones sociales como las familias, el medio laboral, el ámbito administrativo, la escuela y las diferentes iglesias.

Como muestra de los estragos causados por la discriminación y la homofobia, se encuentran los resultados de investigaciones realizadas en nuestro país, como la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (CONAPRED, 2010), que demuestra el grado de intolerancia y discriminación que las propias personas homosexuales perciben del resto de la sociedad. Por ejemplo, el 94.7% de los homosexuales, considera que sí existe discriminación hacia ellas/ellos. El 71% considera que el mayor sufrimiento de una persona homosexual, es el ser discriminado. Dos de cada tres homosexuales sienten que no se les han respetado sus derechos debido a su preferencia u orientación sexual.

Una de las expresiones más violentas de la lesbo, homo, bi, trans fobia, son las ejecuciones cometidas contra personas con orientación sexual diferente a la heterosexual, mujeres y hombres homosexuales o transexuales, que son eliminados con gran saña. En tales casos, la acción de la homofobia ha impedido, a lo largo del tiempo, el acceso a la justicia a quienes resultan afectadas/os.

El carácter de "natural" que ha tomado la homofobia, no es tal, ha sido mas bien la creencia e ideología de algunas personas, que pretenden estandarizar los comportamientos humanos, aún más allá del derecho que tienen las y los ciudadanos a decidir sobre su vida, en específico en el ejercicio de la sexualidad, sin coerción ni violencia.

Ante estas crudas realidades, algo bueno sucedió hace 44 años (1973) cuando la prestigiada e internacionalmente reconocida Asociación Psiquiátrica Americana (APA), eliminó a la homosexualidad de su relación de enfermedades mentales. Y, en 1990, el máximo organismo internacional de la salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS), también eliminó a la homosexualidad de su clasificación internacional de enfermedades. Estas acciones permitieron denominar a la homosexualidad como una condición humana.

Adicional a lo que se ha trabajado en el ámbito de la salud, en el sector educativo existen esfuerzos para abordar el tema de manera conjunta; especialmente relevante es el acuerdo “Prevenir con Educación”  (UNESCO, 2008) asumido por los ministros de Salud y Educación de América Latina y el Caribe y, en el 2008, en México. En el texto, las autoridades promovieron una educación integral en sexualidad, basada en “una amplia perspectiva de los derechos humanos y en el respeto a los valores de una sociedad plural y democrática en la que las familias y las comunidades se desarrollan plenamente”.

Esta educación, añadió el acuerdo, “incluirá aspectos éticos, biológicos, emocionales, sociales, culturales y de género, así como temas referentes a la diversidad de orientaciones e identidades sexuales conforme al marco legal de cada país, para así generar el respeto a las diferencias, el rechazo a toda forma de discriminación y para promover entre las y los jóvenes la toma de decisiones responsables e informadas al inicio de sus relaciones”.

Además, las autoridades se comprometieron a incluir estos componentes de la educación integral en sexualidad en el currículo y en los programas de formación y actualización magisterial antes de 2015; a la fecha México no lo ha cumplido.

Sin duda, educar en la diversidad es generar los espacios y debates necesarios para que las personas conozcan su entorno y respeten los derechos humanos de todas y todos, sin discriminaciones de ningún tipo, aspectos esenciales para contribuir a la igualdad y al desarrollo integral de las sociedades.

En ese sentido las escuelas públicas o privadas, son una herramienta para construir la igualdad, un espacio para transformar percepciones colectivas y romper los tabúes desde el debate y el conocimiento. La educación sin discriminación empieza por una formación con un enfoque de perspectiva de derechos humanos y de respeto a la diversidad.

En este tenor, desde estas líneas dejo el mensaje y la inquietud de creer en un mundo igualitario, en gobiernos democráticos, en sociedades incluyentes, en transformaciones culturales que nos permitan crecer en armonía y paz.

Finalmente, hoy sólo puedo terminar diciendo: ¡Que vivan las diversidades! ¡Que vivan los afectos sin límites ni discriminaciones! ¡Que viva la igualdad!

Referencias
CONAPRED. (2010). Encuesta Nacional sobre discriminación en México. México: CONAPRED.

UNESCO. (2008). Declaración Ministerial Prevenir con educación. Obtenido de http://www.unesco.org/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/declaracion-prevenir-educacion-espanol.pdf

Las señales de un noviazgo con violencia

Colectivo Paideia
12:55

Por: Jezz

Hoy en día puedo recordar perfectamente mi primer beso, mi primer noviazgo "largo y formal" y ahora que lo pienso… también las señales de una relación con violencia.

Fue en la adolescencia cuando tenía un novio con el que un juego de mesa se convertía en empujón, jalón de cabello o ley del hielo porque era "gracioso", o al menos eso me hacían creer algunas revistas de adolescentes o películas como "A él no le gustas tanto", en las que se dice que uno de los muchos indicios de gustarle a alguien es que "te moleste". Lo recuerdo burlándose y pellizcándome; me recuerdo justificándolo y pasándolo por alto. Hasta que creces, conoces más personas y te das cuenta que no vale la pena soportar algo así porque, además de no hacerte bien, No está bien.

Más tarde me encontré con un novio que por su trabajo convivía con edecanes y mujeres guapas de cabello largo, delgadas y con zapatos de tacón altísimo. A lo largo de nuestra relación me comparó con ellas, porque yo no era de la misma talla, o bien, me prohibía cortarme el cabello, "¡Cómo una mujer va a tener el cabello corto? Pierde su encanto", me decía. Me ponía retos para bajar de peso y se burlaba de mis cómodas botas porque parecían de "macho". Yo, “lo comprendía” porqué él me quería, y por lo mismo, quería ayudarme a verme mejor. Por él me deje el cabello largo, bajé de peso y me forcé a usar esos tacones altísimos -con los cuales ni siquiera me sentía cómoda-, hasta que me di cuenta que no, No era amor a mi persona. Ninguno de sus comentarios los relacioné con algún tipo de violencia, como el chantaje o la burla, pero cuando nos dejamos, me di cuenta que tampoco estaba bien.

Al paso de los años, de lecturas y pláticas con diferente tipo de personas, he aprendido que hasta el más mínimo jalón, las múltiples burlas y el querer controlar la identidad de la otra persona son signos de violencia en una relación.

Sabes, ¿cuál es la estadística de noviazgos con violencia?

El INEGI en conjunto con el INMUJERES realizó La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares en 2011, en 128 mil viviendas y entre mujeres de 15 años o más. Algunos de los resultados que se obtuvieron fueron: 46.1% ha sufrido algún incidente de violencia en pareja en su actual o última relación. El Estado de México es el estado con mayor índice de este tipo de  violencia con el 56.9% y la Ciudad de México está en cuarto lugar con casi 52%.

Un 42.4% de estas mujeres dijo haber recibido agresiones emocionales y el 24.5% declaró que, en algún momento de su relación, su pareja intentó controlar la forma en que gasta su dinero.

Por otro lado, la violencia física se vio reflejada con un 13.5%, provocándoles daños permanentes o temporales, en este rubro –una vez más- el Estado de México resultó ser el más alto.

En cuanto a la violencia sexual, el 7.3% dijo haber sido intimidada o dominada para tener relaciones sexuales sin su consentimiento. [1]

El amor 2.0

Actualmente, las redes sociales forman parte de una relación, pero ¿los mensajes instantáneos, las fotos compartidas y los tweets pueden generar violencia? La respuesta es: Sí. Frases como "Si no pones que tienes una relación conmigo es porque me escondes", "Ya me di cuenta que en facebook tienes a tu exnovio/ a este “amigo” "¿Por qué le respondiste eso a él/ella?" Incluso Antonio -colaborador de este mismo blog- nos compartió un hecho similar en la nota "WhatsApp y la angustia de las dos palomitas √√". Creo que pasamos por alto muchos de estos tipos de violencia tecnológica porque existen un sinfín de justificaciones para hacerlo: "Si no debes nada, no lo escondes", "Si lo amas, tienes que darle tus contraseñas". Hay que aprender a decir "NO".No quiero dejarte mis claves”, “Respeta mi espacio”. Hay que dejar de justificar lo que está mal.

Es terrible que la tecnología no siempre una a quienes están lejos, y que con lo sencillo que es ahora compartir una foto, sea posible usarla como comprobante de que estamos diciendo la verdad. Sé lo que es tener que enviar una foto del lugar en donde me encontraba para que me lo creyeran, porque "ya me había tardado en avisar que estaba en casa. ¿Qué tal que me había pasado algo? No por celos, ni por otra cosa". Chantajes y justificaciones de acciones que estaban mal. Viví una relación en la que creí que el hecho de que me detuvieran con un jalón a mitad de una discusión, era algo romántico y creyendo que la desconfianza de él hacía los demás era normal, porque "él creía en mí, pero no en los otros". Vamos creciendo con la idea de que los celos están bien porque "Si te cela, te ama" y ES VIOLENCIA.

¿Cómo reconocer que vives con violencia?

Como les contaba, si no fuera por la información que empecé a obtener y por la gente a la que me fui acercando, quizá nunca me hubiera dado cuenta de los diferentes tipos de violencia por los que pasé. Actualmente, además de la información que encontramos en los diferentes medios o campañas sociales, existe una herramienta que facilita responder esta duda.

La Unidad Politécnica de Gestión con Perspectiva de Género (UPGPG) es un grupo de especialistas de diversas disciplinas en las ciencias sociales y de humanidades, que se unieron para trabajar en junto con el IPN en temáticas relacionadas con la perspectiva de género, los derechos de las mujeres, el acoso y hostigamiento.

Como parte de sus actividades, la UPGPG diseñó el Violentómetro, “un material gráfico y didáctico en forma de regla que consiste en visualizar las diferentes manifestaciones de violencia que se encuentran ocultas en la vida cotidiana y que muchas veces se confunden o desconocen”.2

En este link podrás encontrar la información acerca de este proyecto, además de contar con tres maneras diferentes de descargar el "Violentómetro":

Por último te comparto algunos nombres y datos de instituciones a las que puedes acudir a pedir ayuda o recibir talleres y sesiones informativas:

1. Asociación para el Desarrollo Integral de Mujeres Violadas AC. Dirección: Salvador Díaz Mirón 140, Cuauhtémoc, Ciudad de México. Teléfono: 5682 7969 o 5547 8639. Página: www.adivac.org.

2. Fortaleza, IAP. Dirección: Playa Cortes 366, Militar Marte, 08830 Ciudad de México, CDMX. Teléfono: 56334512 o al 018008391033. Página: www.fortaleza.iap.org.mx/

3. Centro de Apoyo a la Mujer Margarita Magón. Dirección: Carlos Pereyra # 113, Col. Viaducto Piedad (Metro Viaducto), Del. Iztacalco, México D. F. Teléfono: 5519 5845. Mail: marmagon@laneta.apc.org

4. Coordinadora Nacional de Ayuda a Mujeres Indígenas. Dirección: Calle San Simón # 82, depto. 306, Col. San Simón, México D. F. Teléfono - Fax: 55-32-29-23. Mail: cmni@laneta.apc.org

5. Casa Gaviota. Dirección: Concepción Méndez No. 55, Col. Atenor Salas, DF. Teléfono: 30 96 51 89. Página: www.casagaviota.org.mx

6. Casa Semillas. Teléfono: 5553 2900  y  5553 0109. Página: www.semillas.org.mx

7.- Manos y Voces Unidas por Coahuila. Dirección: Colonia 10 de mayo, Municipio de Frontera Coahuila. Correo: manosyvocesunidasxcoah@hotmail.com

8. UBUNTU Yo soy porque Nosotros somos A.C. Dirección: Ojinaga 1201, Col. Centro, Municipio de Chihuahua, Chihuahua. Teléfono: 01 614 41 04 112

9. Tierra Human. Dirección: Kaan Lol 12, SMZA 51, MZA 44, Quintana Roo. Teléfono: 01 998 84 83 460

10. Fundación Jalisciense para el Desarrollo de la Mujer. Dirección: Artesanos 3757 Col. San Miguel de Huentitán II sección. Municipio: Guadalajara. Teléfono: 01(33) 3331-2083 Página: www.fundjal.blogspot.mx

Referencias
[1] Daniela Medina. (2013). 10 SEÑALES DE VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO. 02/05/2017, de Sin Embargo Sitio web: http://www.sinembargo.mx/30-06-2013/659780

2 Claudia Figueroa Ballesteros. (2014). ¿Qué es el violontómetro?. 2017, de Uno por ciento y más Sitio web: https://www.unoporcientoymas.com.mx/2014/10/08/qu%C3%A9-es-el-violent%C3%B3metro/

Comentarios (0)

¿Por qué se me dificulta comunicarme con mi hijx adolescente?

Colectivo Paideia
15:45

Por: Verónica Estrada

La adolescencia es esa etapa de desarrollo que con sólo mencionarla produce estrés, ansiedad e incluso rechazo, pues está estigmatizada con muchos prejuicios sociales, que normalmente inician con la expresión “Los adolescentes…” y terminan con “…son insoportables”, “…no piensan lo que hacen”, “…son rebeldes”, “…no saben lo que quieren”, por mencionar los calificativos más comunes. Ideas que ponen una barrera en la comunicación, principalmente entre padres e hijos, pues se llegan a concebir como hechos inamovibles y de manera explícita e implícita, se transmiten a lxs chicxs creando un círculo vicioso, pues ellxs al sentirse rechazados y poco comprendidos, evitan cualquier tipo de acercamiento con sus padres o cualquier persona que represente una autoridad. Dichas situaciones exponen al adolescente en riesgo de tomar decisiones erróneas.
Aún cuando no existen recetas para educar o guiar a lxs hijxs, dado que cada persona y familia tiene ideas y costumbres propias, -muchas veces determinadas por su entorno social-, podemos reflexionar sobre algunos aspectos que nos ayudarán con esta preocupante tarea.



Evidentemente, todos hemos sufrido los cambios que se viven en esta etapa de la vida, pero vale la pena enlistar algunos de ellos y me abocaré a los factores psicológicos que se consideran “normales” y propios de esta etapa.

1. Búsqueda de sí mismo y de la identidad. El reto de la etapa de la adolescencia, es entrar al mundo del adulto, para ello el/la adolescente debe renunciar a su imagen y comportamiento infantil, aspectos que generan confusión y ambivalencia en los mismos. Implica la búsqueda de una nueva identidad que se tiene que ir construyendo de manera consciente o inconsciente, pero diferente a los adultos que tiene como referencia.

2Constantes fluctuantes del humor y del estado de ánimo. Esto ocurre principalmente por fenómenos como la depresión y el duelo -que acompañan a esta etapa de desarrollo-, ya que existe un proceso de pérdida de identidad de niñx. Además, como adultxs, podemos comprender que la realidad no siempre satisface las aspiraciones individuales; tenemos la capacidad de tolerar la frustración y afrontarla de manera más efectiva. En general, al adolescente no se le facilita este proceso, dado a que se encuentra reaprendiendo a manejar sus emociones. En cambio, suele refugiarse en sí mismx y en su fantasía, para mitigar este dolor que le provoca, sin darse cuenta muchas veces, una realidad distinta a la que anteriormente tenía cuando era un niñx. Sin embargo, paradójicamente, este aislamiento también provoca sentimientos de soledad.

3Separación progresiva de los padres. Es una de las tareas preponderantes de esta etapa, pues gracias a ella, el/la adolescente puede formar su propia identidad. Sin embargo, muchas veces los padres niegan el crecimiento de lxs hijxs, y lxs hijxs viven a los padres con las características persecutorias más acentuadas.

4Contradicciones sucesivas en todas las manifestaciones conductuales. La conducta del adolescente está dominada por la acción y no es capaz de mantener un comportamiento rígido, permanente y absoluto, aunque lo intente o busque, ya que es parte de la normalidad inestable, característica de esta etapa. El adulto difícilmente tolera y exige de él una identidad adulta, que por supuesto no tiene por qué tener.

5. Evolución sexual. El/la adolescente inicia la búsqueda de una pareja en forma intensa o tímida y experimenta un enamoramiento apasionado, pero con vínculos frágiles. También, aparece la curiosidad sexual que pueden conducir al adolescente al exhibicionismo y voyerismo, así como las primeras exploraciones de su sexualidad a nivel genital. Dichos acontecimientos pueden generar tensión en los padres, muchas veces por temor a no saber conducir a sus hijxs en estos temas o por sus propias creencias o experiencias en torno a la sexualidad. Lo anterior, puede provocar fricciones en la relación con su hijx adolescente en el intento por controlar estos instintos.

6. Desubicación temporal. El adolescente vive cierta desubicación temporal, ya que convierte el tiempo en presente y a veces las urgencias son enormes y las postergaciones son aparentemente irracionales al grado de desconcertar al adulto. Cabe señalar que esto va de acuerdo a sus intereses en el momento, por ejemplo: puede postergar una tarea escolar porque cree tener el tiempo suficiente, pero urgentemente pide que se le compre una vestimenta -porque considera que el tiempo apremia-, para una fiesta a la que asistirá.

7. Crisis religiosas. El adolescente quiere dudar, cavilar, buscar y no decidirse, por lo que puede mostrarse como un ateo exacerbado o un místico fervoroso y ello concuerda con la situación cambiante que experimenta el/la adolescente a nivel interno.

8. Necesidad de intelectualizar y fantasear. Estos mecanismos se ponen en marcha muy a menudo en lxs adolescentes (sienten y creen que todo lo saben). Ocurre que utilizan estos elementos como modo de defensa ante el dolor que experimentan por las pérdidas ideológicas que suceden dentro de sí mismos.

9. La tendencia grupal. Este fenómeno se presenta debido a la búsqueda de identidad del adolescente y recurre a la uniformidad que le brindan sus pares (iguales) para obtener seguridad y estima personal. Es por ello que difícilmente puede apartarse de la moda, vestimentas, costumbres, preferencias que lo hace pertenecer al grupo de coetáneos.

Ahora bien, si consideramos los puntos anteriores podemos deducir que el/la adolescente provoca una verdadera revolución a nivel familiar y social. En muchas ocasiones no sólo él o ella padecen este largo proceso, sino que los padres tienen dificultades para aceptar el crecimiento de los hijxs. Los padres también viven los duelos por ellxs; necesitan hacer el duelo por el/la hijx pequeñx, por su identidad de niñx y por su relación de dependencia infantil.  Ahora, ellxs son juzgados por sus hijxs y la rebeldía y el enfrentamiento son más dolorosos si el/la adultx no tiene conscientes sus problemas frente al adolescente.

El padre o madre del adolescente, tienen que desprenderse del hijx-niñx y evolucionar hacia una relación con el/la hijx-adulto, lo que implica muchas renuncias de su parte, entre ellas el abandonar los modelos de crianza y comunicación que en algún momento fueron funcionales para interactuar con su hijx; y así acceder a pautas de comunicación más asertivas, donde exista un espacio para la escucha, comprensión, empatía y negociación, pues debe recordar que como padre o madre ya no funciona como “ídolx” y deberá ser capaz de aceptar la crítica y la ambivalencia de su hijx, que se encuentra en un proceso de crecimiento.

Si los padres se encierran en su proceso de dolor, resentimiento y refuerzo de autoridad, provocarán que este proceso sea aún más difícil. En algunos casos mayor rebeldía, ya sea manifiesta o encubiertamente, o que el proceso de adolescencia y la búsqueda de identidad, se prolongue a edades más tardías. El nuevo plan de vida exige plantearse nuevas formas de convivencia, de valores, ideales y afectos; sin olvidar que un entorno con reglas firmes, pero con amor por parte de lxs progenitorxs, contribuirá a que lxs adolescentes perciban un ambiente seguro y así se refuerce su autoestima. 


Referencias:

Gabriel Carpio, Adrián Milcochorena, Enrique Morales, Alberto Moreno, Jose Luis Moreno, Graciela Sánchez, Desarrollo Humano y sexualidad. Universidad Nacional Autónoma de México, Colegio de Ciencias y Humanidades, 2012.


Arminda Aberastury. M. Knobel, La adolescencia normal. Un enfoque psicoanalítico. México, Paidós educador, 2004.

Comentarios (0)