El papel de la educación en la cultura sustentable

Colectivo Paideia
14:02

Por: Verónica Estrada

En un texto anterior abordé el tema de la sustentabilidad, principalmente con el fin de describir el concepto, dar un contexto histórico en nuestro país y, generar conciencia sobre la importancia que tiene este tema para preservar nuestro ambiente y prevenir que futuras generaciones posean los recursos naturales que les permitan subsistir. En este escrito, pretendo plantear cómo la educación, como en muchos casos, es un elemento indispensable para generar ese cambio en nuestra sociedad.

La educación para la sustentabilidad no debe verse como un programa o proyecto en particular, sino que debe contemplarse como un paradigma que englobe las muchas formas de educación que ya existen. De manera que, para poder transitar por el camino hacia la sustentabilidad es necesaria una estrategia integral de educación.

Primero, hablaré de la educación no formal, aquella actividad educativa que se encuentra fuera de un ámbito escolar. Es la familia quien, en un inicio, provee del cuidado y se encarga de transmitir los valores esenciales para el óptimo desarrollo del ser humano, por ello se considera un punto medular en la educación.

En este sentido, para que la familia sea el pilar de una educación para la sustentabilidad, es necesario que enfatice los valores involucrados para este bienestar común que involucra el cuidado del medio ambiente y nuestro entorno; por ejemplo: promover un ejercicio responsable de la libertad, la solidaridad entre personas y comunidades, el respeto, la equidad, la participación, la identidad y la responsabilidad -por mencionar algunos-, en los primeros años de vida y procurarlos en los posteriores.

Ahora bien, en un plano educativo formal como son las escuelas, se ha implementado el tema de la sustentabilidad en algunos planes estatales; por ejemplo en el Estado de México, quién a nivel secundaria tiene la asignatura de Educación ambiental para la Sustentabilidad. En ella se plantean alternativas pedagógicas para que los estudiantes comprendan y modifiquen las relaciones que históricamente han causado daños en el medio ambiente. También se considera que el tema de sustentabilidad es un proceso de permanente aprendizaje, que permite a los alumnos entender los aspectos físicos, químicos, biológicos y geográficos que involucran el tema; sin dejar de lado los factores sociales, económicos, políticos y culturales que buscan solucionar el problema.

Al igual que en la familia, la educación para el desarrollo sostenible en el ámbito escolar, debe basarse en los principios y valores que involucran el tema como: libertad, solidaridad, respeto, equidad, participación, responsabilidad e identidad.

Es importante que al abordar el tema en las escuelas, se contextualice de acuerdo a la región y a las prioridades locales en donde los estudiantes se encuentran y a los tratados internacionales que están vigentes, buscando un trabajo interdisciplinario de resultados consistentes y precisos que se reflejen en su calidad de vida.

Por su parte, la UNESCO y la SEMARNAT plantean propuestas similares para trabajar con el tema de desarrollo sostenible desde un ámbito educativo. Ambas instituciones enfatizan la idea de que un trabajo participativo entre familia, escuela y sociedad es clave para sensibilizar y crear consciencia entre los estudiantes, que sean ellos quienes funjan como promotores en los diferentes contextos en los que se desenvuelven, realizando campañas de prevención y reorientación de patrones de consumo, conservación de la biodiversidad local que se encuentra en peligro de extinción (animal y vegetal), creación e implementación de métodos y herramientas para resolver los problemas ambientales como el uso del agua, la basura y los desechos orgánicos, por mencionar algunos.


En conclusión, la educación para la sustentabilidad, debe nutrirse de las identidades colectivas, locales y regionales, de su acervo cultural, de las tradiciones y valores de la comunidad, así como de sus anhelos sociales, ya que es la manera de internarse en aquellos pensamientos y creencias que resultan más inconscientes y más resistentes al cambio; asimismo, se posibilita a las poblaciones a reconocer críticamente su territorio, planificar y administrar el manejo de sus ecosistemas y definir su propio escenario de sustentabilidad, por tanto, definir una cultura ambiental propia.

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De feminismo y otros debates

Colectivo Paideia
16:29

Por: Nadia Sierra Campos

El feminismo es un tema polémico. Las discusiones a favor o en contra se presentan en comidas, reuniones, foros o medios de comunicación; quizá por ello, debamos saber un poco acerca de este movimiento social.

En México, los movimientos feministas no son homogéneos. Existen grupos radicales y otros integrados a la participación política e incidencia pública. Otras más se escoden por temor a ser reprimidas al aceptarse feministas. Tenemos pluralidad de feminismos y, por supuesto, de debates.

Pero, ¿qué es el feminismo? Para clarificar debo decir que las feministas no le hemos declarado la guerra a los hombres. Las feministas no somos amargadas ni insatisfechas. Nos gusta el humor, la risa, pero también nos duele la tragedia de miles de mujeres y hombres víctimas de diversas violencias. No todas somos pro-aborto, pero sí pro-decisión, porque las mujeres somos dueñas de nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y maternidad. No todas somos lesbianas, pero si algunas lo son… ¿qué más da? Son mujeres hechas y derechas.

El feminismo no es la antítesis del machismo, porque al contrario de este, los feminismos no se basan en la lucha por el poder, sino que buscan la igualdad, para tener la misma manera de vivir y cohabitar en el mundo. También, el feminismo es una forma de mover ideas y transitar por los conceptos – es decir, analizar el género, la perspectiva de igualdad de género, lo que significa el femenino o el masculino- de romper prejuicios, estigmas y estereotipos, de acabar con conceptos arraigados, de pensar por y para la humanidad.

Las personas feministas defienden a todas las personas. A las de aquí, a las de allá; a las pobres, a las de clases sociales privilegiadas; a quienes leen y a quienes no saben leer; a heterosexuales y a homosexuales; a las personas trans –a quienes no les gustan las etiquetas de la identidad o la orientación sexual- y las queer - teoría de las sexualidades en la que las personas no se identifican masculinas o femeninas-; a las personas mayores, a los jóvenes, niñas o niños; a las personas indígenas y a las migrantes. En resumen, las personas feministas defienden los derechos de la diversidad y la pluralidad.

Los feminismos sirven para cuestionar a un mundo que alguien pinto de rosa y azul, para meterle claro-oscuros, multicolor y una serie de matices que permitan entender que la humanidad piensa, razona, siente y se comporta de muy distintas maneras, pero que es un conjunto de personas que podemos, en la complejidad y la diferencia, aprender a convivir. Esta ideología mueve la razón para impedir que se fosilice un discurso de miedo u odio.

En una serie de cuestionamientos, el feminismo coloca a las mujeres en su contexto y en el mundo cuando está claro que las mujeres no pueden vivir en la misoginia a cada instante: como cuando en la pareja se reproduce la invisibilidad del trabajo que implica la reposición diaria de la vida, cuando en la escuela se privilegia sólo una mirada sobre el mundo, cuando en la calle las mujeres aprendemos a sentirnos inseguras con los primeros piropos, las primeras agresiones o cuando comenzamos a caminar, opinar, comprar o jugar.

La doctrina feminista trata de atravesar críticamente una moral patriarcal -organización social en la que la autoridad es ejercida por el hombre- de las exclusiones, de los exilios, de las orfandades y de las guerras, una moral que nos gobierna hace siglos. Luego entonces, los feminismos llegan a la modernidad ocupando los espacios, públicos y privados, para explicar que son de todas y de todos.

Al final ser feminista, tener una amiga, hermana, madre o compañera de trabajo feminista no debe asustar; por el contrario, debe enorgullecernos el hecho de que mujeres cotidianas, de ayer o de hoy, no simulan o toleran exclusiones, que llegan al mundo para conquistarlo, compartirlo y vivirlo.

Los feminismos son un modus vivendi que nos enseñan a trabajar por y para la igualdad.


Nota: Para quien quiera conocer sobre la historia del feminismo, y sus principales corrientes, puede buscar textos clásicos como A vindication of the rights of woman, de Mary Wollstonecraft; La vida, de Flora Tristán (franco-peruana del feminismo socialista); El segundo sexo o La mujer rota, ensayos de la filósofa Simone de Beauvoir; o El género en disputa. Feminismo y subversión de la identidad, de Judith Butler; hasta textos contemporáneos como Todos deberíamos ser feministas de Cimamanda Ngozi Adichie o La pasión de ser mujer de Susana Frouchtma y Eugenia Tusquets.

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Notas sobre el cine en nuestra historia

Colectivo Paideia
11:55

Por: Lucía Velasco

Con motivo del final de curso escolar y de que mis alumnas tuvieron un buen desempeño en la materia, decidimos compartir juntas viendo una película en el aula. La cinta elegida fue Cinema Paradiso, de Giuseppe Tornatore. Como cinéfila, fue un placer volver a gozar con ella y sus personajes, además de comprobar cómo una buena historia logra tocar los corazones de las nuevas generaciones.


Los antecedentes del cine datan por allá de 1890, con Tomas A. Edison y el kinetoscopio, pero no fue hasta 1895, con los hermanos Lumiere, en Francia, que el cinematógrafo conquistó al mundo. Siempre he creído (en una apreciación muy personal y completamente subjetiva), que después de la llegada de la imprenta, el cine es el medio de comunicación que ha transformado nuestra percepción de la realidad.

Gracias a él, la humanidad tuvo la oportunidad de verse a si misma proyectada en una pantalla, y aunque el s. XIX vió nacer al daguerrotipo y después la fotografía, la sensación de las imágenes en movimiento fue fascinante; para la sociedad de la época, debe haber sido sorprendente.

Con el transcurso de los años y de manera muy rápida, se pasó de esos primeros filmes de unos minutos, tomados de la vida cotidiana, a contar historias con una producción más compleja (el ahora llamado cine de ficción). Comenzaba el s. XX cuando en Francia, Georges Méliès, entre otros, asombraba al mundo con su magia y las posibilidades del cinematógrafo.

Lo que sigue casi todos lo sabemos: Hollywood en Norte América y a lo largo y ancho del mundo, casi todos los países han ido desarrollando sus propias industrias, encontrando sus propias temáticas, sus narradores de historias, sus rostros…

Siguiendo la historia del cine en cada nación podemos constatar cuáles han sido los gustos de esa sociedad en un momento determinado, sus temas de interés, cómo es que los abordan, sus imágenes recurrentes y aquellos o aquellas (productores, temáticas, directores, directoras, actores y actrices) que han sido censurados o rechazados por la misma comunidad o Sistema (cinematográfico o político).

Son muchas las películas que forman parte de nuestro imaginario colectivo, son diversas las corrientes cinematográficas –para todos los gustos siempre hay algo que ver- y aunque siempre hay quien cree saber más que los demás, en lo personal, creo que una de las cualidades del cine es que nos permite apreciar la diversidad de colores con que podemos observar a la humanidad.

El cine también ha sobrevivido -o se ha aliado, según se vea-, primero con la televisión, después con la videocasetera, el dvd, el blu-ray y más recientemente, la Internet.

Sin embargo, aunque es cómodo ver una película en el cuarto de estar, la cama o el móvil (a mí en lo personal no me gusta), no hay como tener la oportunidad de sentarte en una sala completamente oscura y conectarte con los personajes: vivir la trama.

Existen directores y películas que permanecerán, rostros proyectados en la pantalla que seguirán siendo inmortales y otros que se irán borrando con el paso del tiempo y de los gustos comunitarios; ahora toca a las nuevas generaciones descubrir sus propios gustos y reencontrarse con los directores y los temas de siempre.

Por cierto, a mis alumnas les encantó la historia de amor entre Toto y el encuentro de su vocación: contar historias a través del cine.

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100 años de la Constitución mexicana

Colectivo Paideia
14:07

Por: Nadia Sierra Campos

El domingo 5 de febrero Querétaro contará con la presencia de la cúpula política de este país. Senadoras, senadores, diputadas, diputados, Presidente de la República, Secretarias/os de Estado, Ministras/os de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre otras personas que se auto-inviten -si es que caben-, se darán cita en el Teatro de la República para festejar el primer centenario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Pero, para ciudadanas y ciudadanos comunes como usted y como yo ¿qué relevancia tiene este festejo? ¿Por qué nos debería interesar la Constitución y sus cien años de vigencia?

Primero, es importante saber que la Constitución es la ley más importante de México. En ella están explicados los valores que deben impulsar las normas del país, como las libertades o la igualdad; los derechos y las obligaciones de las personas; el reparto del poder entre las instituciones, las funciones de cada una y la forma de controlarlas. Así, quedó establecido que el Poder Ejecutivo está a cargo del Presidente de la República. Que el Poder Legislativo recae en la Cámara de Diputados, integrada por 500 representantes populares por las y los que votamos cada tres años, y en la Cámara de Senadores que aglutina a 128 representantes por las y los que se vota cada seis años. Finalmente, el Poder Judicial depositado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación a la que pertenecen 11 Ministras/os, un Tribunal Electoral, Tribunales y Juzgados federales.

De acuerdo a los valores contenidos en la Constitución, las leyes del país no pueden ser contrarias a la misma y si así sucediera, es a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a la que le corresponde decir si es adecuada o no la ley (constitucional o inconstitucional).

También encontraremos en la Constitución, que en México hay entidades federativas para gobernar a los ahora 32 territorios de la federación con autonomía y soberanía, y que estos a su vez tienen municipios libres que atienden las diferentes demandas y acciones que la ciudadanía requiere, como es agua, vialidades, seguridad, limpia, parques, jardines o panteones.

En el título primero de esta ley suprema se encuentran previstos los derechos y garantías de las personas. En ellos se reconoce el valor que cada persona tiene por sí misma; que sea respetada su dignidad, integridad, seguridad y libertades, así como la posibilidad de que haga su propia vida sin ir contra la ley o los derechos del resto de las personas.

En resumen, la Constitución es un documento que refleja, en la medida de lo posible, la vida política y social de nuestro país, de ahí que requiera adecuaciones constantes que permitan visibilizar las realidades que se viven. De 1917 a la fecha se ha reformado 642 veces.

Ahora, el nacimiento de esta Constitución partió del movimiento revolucionario de 1910, ese en el que se reclamaban el derecho a ser propietario de la tierra que se trabajaba, mejores condiciones laborales o que el voto fuera personal y secreto, entre otros más.

Cabe resaltar que nuestra Constitución “fue la primera en la historia en incluir los derechos sociales, marcando de esta forma, un antecedente para el resto del mundo, lo que le otorgó el reconocimiento de la primer Constitución social del siglo XXI”[1].

Fue Venustiano Carranza quien en 1916 convocó a realizar una nueva o reformada Constitución, que reflejara las realidades y exigencias de la población. Así se conformó un Congreso Constituyente, que se reunió y debatió el texto en la ciudad de Querétaro en el Teatro Iturbide - ahora Teatro de la República-; fue el 31 de enero de 1917 que se clausuraron los trabajos y el 5 de febrero se promulgó, para entrar en vigor el 1° de mayo siguiente.

La Constitución es la evidencia de que México ha sido muchas voces y rostros en su historia; nuestro compromiso ante dicha historia es comprender ese proceso y a todas las personas que han intervenido en su construcción. Este año celebramos 100 años de nuestra Constitución y debemos tener presentes las luces y sombras de nuestro pasado, nuestras similitudes y diferencias del presente para dialogar y reflexionar sobre nuestro futuro.

La Carta Magna, como texto fundamental normativo en México, debe ser conocida por todas las personas, de modo que cualquiera se sienta incluida/o y partícipe en el marco de convivencia del que hemos sido parte.



[1] Pérez, Rafael. “La Constitución de 1917: un documento histórico que sigue vivo”.  http://culturacolectiva.com/la-constitucion-de-1917-un-documento-historico-que-sigue-vivo/. 30 de enero de 2017 a las 11:30 horas.


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