Educación y discapacidad

Colectivo Paideia
14:30

Por: Nadia Sierra Campos

El sábado 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, celebración que se realiza desde 1992, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) eligió ese día para hacer conciencia a nivel mundial de los miles de habitantes que tienen alguna discapacidad y con ello, realizar acciones que permitan su inclusión en los aspectos económico, político, social y cultural.

De acuerdo a la encuesta intercensal de INEGI, hoy en México viven alrededor de 5 millones 739 mil 270 personas con algún tipo de discapacidad (física, mental, intelectual o sensorial), lo que equivale al 5.1% de la población total; y, a pesar de que se les reconoce como personas plenas, sujetas de derechos, la mayoría de ellas y ellos aún sufren discriminación en el acceso a servicios de salud, un programa incluyente de educación o trabajo remunerado que sea acorde a su proyecto de vida, por mencionar sólo algunos ejemplos.

Y es precisamente en el aspecto educativo donde podemos ver el rezago en el ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad, pues de acuerdo a un estudio realizado en 2014 por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), el 25.8% de las personas con discapacidad en México es analfabeta. Si esta cifra la comparamos con el total de población en México que no sabe leer y escribir, podemos ver que el número de personas con discapacidad analfabeta es mayor a la cifra de las personas pobres en la misma situación.
Aunque en la legislación en materia educativa ya se prevé la educación inclusiva y que de esta manera el grado de escolaridad de la población con discapacidad debería ser igual al de la población en general, las cifras muestran una profunda brecha, lo cual evidencia que el acceso equitativo al derecho a la educación no está garantizado, pues quien tiene discapacidad padece una mayor exclusión educativa.

Esto es un llamado de atención para el Sistema Educativo Nacional, quien tiene el deber de generar programas de educación inclusiva y potenciar programas de alfabetización dirigido a quienes ha dejado en el olvido; es necesario que se consideren innovaciones, adecuaciones, servicios y recursos especializados en respuesta a las necesidades educativas, que en este caso se asocian a algún tipo de discapacidad. También es prioritario atender aquellos casos donde el grado de discapacidad y los requerimientos personales son incompatibles con el sistema común de enseñanza, a efecto de crear programas especiales que garanticen no dejar a nadie fuera de la educación.

Por otro lado, aunque parezca irrelevante, los programas de educación superior deberán incorporar materias relacionadas con la discapacidad para preparar a las y los futuros profesionales en un adecuado y común trabajo en convivencia con las personas con discapacidad.

En este 2016, que se examina el estado actual de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, así como de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y sentar las bases de un futuro inclusivo para las personas con discapacidad, es relevante hacer un balance sobre la herramienta más importante para su desarrollo y para la vida que es la educación.

Analizar los 17 objetivos para lograr el futuro que queremos, significa recordar que el desarrollo de un país sin las personas con discapacidad estaría incompleto.

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