Realidades olvidadas: las mujeres migrantes
15:52
Por: Angeles Santiso
En la
actualidad, México se caracteriza por ser un país de origen, tránsito, destino
y cada vez con mayor frecuencia, de retorno de migrantes. El fenómeno
migratorio, tiene que ver con muchos factores, entre los que se encuentran las
marcadas desigualdades económicas y de oportunidades, la pobreza y las
dificultades para gozar de una vida digna, la violencia, las violaciones a
derechos humanos, la discriminación a ciertos grupos vulnerables y los
desastres naturales, entre otros. Si a tales factores, le sumamos el hecho de
que México tiene una posición geográfica estratégica para toda clase de flujos
migratorios y comerciales, entonces comprendemos por qué el Estado mexicano
enfrenta grandes desafíos ante el tema en cuestión.
El flujo de
migrantes que transitan por México es sumamente diverso: migrantes económicos,
solicitantes de asilo, refugiados, víctimas de trata de personas, niños, niñas
y adolescentes no acompañados por su familia, entre otros (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2013).
En pleno siglo XXI, las migraciones contemporáneas se han diversificado y han
tomado una gran complejidad. Entre otras, se ha feminizado la migración, es
decir, cada vez migran más mujeres y niñas de forma autónoma, para trabajar y
contribuir al sostén de sus familias.
La condición de
vulnerabilidad de las mujeres se acentúa por el encuentro de múltiples
discriminaciones, basadas en la raza, origen étnico, situación socioeconómica,
nacionalidad, edad, estatus migratorio y las cualidades que se perciben
asociadas a su género. Desafortunadamente, estas discriminaciones se encuentran
a nivel legal, en el diseño y/o instrumentación de políticas públicas y
programas, en el espacio de trabajo, en el interior de la familia e, incluso,
en el hecho de que muchas veces las propias mujeres no se reconocen como
sujetas de derechos. Si esto ocurre con las mujeres en el contexto social
regular en el que nos encontramos inmersas ¿qué sucede con las mujeres
migrantes?
Parte de la
respuesta, nos la proporciona el documento Legislación mexicana y derechos
de las trabajadoras migrantes (ONU Mujeres, 2014) que dice: “La mayoría de las mujeres migrantes
centroamericanas trabaja de manera irregular, ya sea porque no cuentan con
documentos de estancia legal o con permisos de trabajo. Están ocupadas en la
economía informal, en trabajos precarios, de salarios muy bajos y de escasa
calificación, en sectores invisibilizados o considerados socialmente
“femeninos”, como el empleo en los hogares, el trabajo de cuidado de personas
(niños, enfermos y personas mayores), la venta ambulante, el trabajo agrícola y
el trabajo en la industria del sexo. Si bien la mayoría de las trabajadoras
contribuye con su trabajo al desarrollo regional, su labor y aporte no es
reconocido”.
Como se puede
advertir, tal situación tiene mucho que ver con la
posición social de las mujeres, la cual hace referencia a la ubicación de la
población femenina en la estructura de poder que prevalece en una sociedad. Se
mide en términos de las diferencias de oportunidades entre mujeres y hombres en
el acceso al poder político, los recursos productivos, el ingreso, las
oportunidades de empleo, la participación en los cuerpos legislativos, la
vulnerabilidad ante la pobreza y la violencia, entre otros aspectos.
Por otro lado, la violencia sexual se ha
convertido en una parte del recorrido de muchas mujeres migrantes en su
tránsito hacia Estados Unidos, y llega a tal punto que, en países de
Centroamérica, es común que las mujeres se inyecten un anticonceptivo conocido como
Depo-Provera antes de iniciar su recorrido, el cual impide la ovulación durante
tres meses, de modo que, en caso de ser violadas, evita que queden embarazadas.
Entre las migrantes este método anticonceptivo es conocido como “la inyección
anti-México” (Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, 2013). La trata o prostitución ajena es otra de las
amenazas a las que las mujeres migrantes suelen estar expuestas, con todos los
daños que conllevan tales actividades en los planos físico y psicológico. Y,
por último, las actividades económicas a las que pueden acceder con mayor
facilidad son los trabajos domésticos y las labores del campo, denotando el
sesgo que prevalece por cuestiones de género
(Centro de estudios para el adelanto de las mujeres y la equidad de género,
2008).
Dicha situación de las mujeres migrantes
¿puede considerarse como una crisis migratoria en México? Si bien es cierto
sólo es una parte de tal crisis, cabe la reflexión de que la migración habla en
primer lugar de las carencias que la gente tiene en su lugar de origen; y, en
segundo lugar, de las carencias que las mujeres tenemos en comparación con los
hombres. Recordemos que muchas personas migrantes sólo pasan por nuestro país
para llegar a los Estados Unidos, pero muchas otras se quedan en México. Si en
nuestra nación no contamos con la calidad de vida suficiente para quienes hemos
nacido y permanecemos en territorio nacional ¿qué tipo de garantías podemos
ofrecerles a quienes vienen de otros lugares en búsqueda de una vida mejor? Y
¿qué garantías podemos ofrecerles a las mujeres en particular, para que no
sufran vejaciones en su transitar?
Las mujeres no son las únicas que sufren
maltrato y violación a sus derechos en el fenómeno migrante; también los
hombres padecen trato inhumano e injusticias. Sin embargo, la condición y la
posición social e histórica de la mujer, la hace presa de mayor vulnerabilidad.
Migrantes o no, las mujeres debemos esforzarnos más en términos generales, para
lograr el trato igualitario y la equidad. Queda mucho camino por recorrer para
que mujeres y hombres vivamos con dignidad y calidad en nuestros propios
pueblos, y para que quienes gobiernan vean por el bien común y no por intereses
personales.
Referencias
CENTRO DE ESTUDIOS PARA EL ADELANTO DE LAS MUJERES Y LA
EQUIDAD DE GÉNERO. (2008). Estudio sobre los efectos de la migración en
México. México: Cámara de Diputados LX Legislatura.
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. (2013). Derechos
humanos de los migrantes y otras personas en el cotexto de la movilidad humana
en México. Washington: OEA.
ONU Mujeres. (2014). Legislación mexicana y derechos de
las trabajadoras migrantes. . México: ONU Mujeres.
Centro De Estudios para el Adelanto de las
Mujeres y la Equidad de Género. (2008). Estudio sobre los efectos de la
migración en México. México: Cámara de Diputados LX Legislatura.
Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
(2013). Derechos humanos de los migrantes y otras personas en el contexto de la
movilidad humana en México. Washington: OEA.
ONU Mujeres. (2014). Legislación mexicana
y derechos de las trabajadoras migrantes.
México: ONU Mujeres.
0 Response to "Realidades olvidadas: las mujeres migrantes"
Publicar un comentario